Larramendi bidea: Maitatu, ulertu, hobetu.
Gauzak egiteko beste modu bat
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Todas las personas deben tener su espacio en nuestra escuela. Para ello, además de construir el propio sentido de vida, hay que abrir procesos de participación en la construcción escolar. El marco pedagógico que ha dado los resultados más exitosos en este sentido es el del dialogismo.
En nuestra etapa hemos tomado una serie de decisiones para incorporar las bases de este marco. Por un lado, además de contar con más de un profesor en clase, contamos con alumnos en prácticas y voluntarios (familias, vecinos, antiguos alumnos). Así, tenemos cuatro o cinco adultos dentro de la clase. Esto nos permite utilizar la metodología de los grupos interactivos. Dado que la clase está dividida en grupos de tres, diferentes adultos pueden hacer un seguimiento directo de los mismos. Además, los diferentes adultos pueden explicar lo mismo con diferentes lenguajes, por lo que las posibilidades de encontrar un lenguaje que el alumno sienta cercano son mayores.
La incorporación a clase de personas adultas que difieren en vestimenta, personalidad, religión, raza, es también una herramienta excepcional para normalizar la diversidad del alumnado.
Si la escuela tiene que preparar lo del alumnado para la realidad, el horario distribuido por materias establece límites para diseñar retos basados en contextos realistas. Por eso, hemos elegido el sistema PBL. Los alumnos y alumnas deben realizar durante el curso nueve proyectos en los que se trabajarán las competencias que establecen los currículos. Esto lo harán en grupos de tres.
En los proyectos no habrá clases magistrales. Los alumnos tienen todo el material necesario colgado en la plataforma digital por escrito o en soportes audiovisuales. La función de los grupos es comprender entre todos este material y preguntar a los profesores de clase si hay dudas. En este proceso el rol del profesor será el de compañero de viaje. De esta manera conseguiremos los objetivos de desarrollar la competencia digital y la competencia personal, social y de aprender a aprender por un lado y, por otro, al trabajar el material del proyecto en diferentes lenguas, la competencia en comunicación lingüística y la competencia plurilingüe.
Para garantizar el desarrollo de todos, defenderán individualmente lo trabajado en equipo durante seis horas a la semana. Finalmente, al finalizar el proyecto, deberán realizar un reto individual de un día. Esto nos permite llevar a cabo una evaluación formativa, ya que al final de cada momento tenemos la oportunidad de acordar las determinaciones a mejorar.
La ESO es la última etapa de la educación obligatoria y por tanto, al igual que el resto de etapas, tiene sus propias peculiaridades. Al final de esta etapa los alumnos y las alumnas deben decidir qué camino van a seguir en adelante y, para poder hacerlo, saber dónde están sus capacidades y aficiones y a dónde deben dirigirlas.
Por tanto, es de vital importancia que la escuela pueda hacer un seguimiento individualizado de este proceso. No sólo de las competencias que desarrollan en los proyectos, sino también de los meta-procesos que desarrollan los alumnos para interiorizarlos. Es decir, es importante que el alumnado sepa qué técnicas de aprendizaje se les hacen más adecuadas o qué deben mejorar en el funcionamiento de los trabajos grupales. Para ello hemos desarrollado una serie de herramientas que se utilizan en los proyectos: la agenda de grupo, los informes de autoevaluación y coevaluación… La metodología PBL y los equipos interagentes, si bien contribuyen de forma intrínseca al empoderamiento del alumno, los citados instrumentos de evaluación multiplican las posibilidades de proponer mejoras.
En este sentido, y con el fin de realizar de forma consciente las decisiones académicas a tomar en el último curso de la etapa, desde la orientación escolar utilizamos diferentes herramientas en los últimos cursos (encuestas, entrevistas, reuniones tutoriales).
Para facilitar todo esto existe un equipo de profesores del curso, que normalmente dedica toda la jornada al mismo. Por lo tanto, entre los pocos profesores tienen la posibilidad de gestionar todo el equipo, siendo mucho mayor el seguimiento, tanto académico como emocional.